Playamar 80, el Día de Córdoba

XIII Reunión Playamar 80 en Córdoba

Llegado el día en que he decidido ponerme manos a la obra y publicar la crónica de la quedada de este año, me acabo de dar cuenta de que esta era la décima vez que nos reuníamos desde que aquel junio de 2009, momento en que nos juntamos casi todos... 26 jóvenes camuflados de mayores, y sin contar a los que fueron con sus parejas.

Jose, Ángel, Antonio, Laly
Juan, Josele, Elisa y Julián

En Córdoba, tras las últimas bajas de incondicionales como Nuria y Ángel, la reunión se quedó en sólo cinco jóvenes de Playamar y tres acompañantes. Lo bueno de ser pocos fue que Antonio y yo recibimos dedicación exclusiva por parte de Laly y Jose. Ambas convirtieron el fin de semana en algo muy especial que los dos guardaremos en el recuerdo para siempre.

Viernes 23 de octubre, el Alma de Córdoba

El viernes llegaba a Córdoba a mediodía y después de una buena siesta me recorrí el centro hasta que Laly y José acudieron a mi encuentro. Fue una tarde cultural donde pude ver la Calle del Pañuelo, la Callejuela de las Flores, el Cristo de los Faroles, la Virgen de los Faroles y un sinfín de callejuelas.

Torre Campanario
Mezquita de Córdoba

Al final picoteamos algo en el Garum 2.1 y luego me acompañaron hasta la Mezquita para que hiciera la correspondiente visita nocturna, a la que han dado el título de El Alma de Córdoba. Si vais a Córdoba no podéis perderosla.

José, Laly y Josele
Puente Romano

La de arriba es una foto desde el Puente Romano de Córdoba que cruza el Guadalquivir.

Sábado 24 de octubre, callejeando, siesta y cena oficial

El sábado pude visitar a la madre de las cordobesas, que por cierto estaba guapísima. Hablando de los viejos tiempos se le saltaron las lágrimas recordando a nuestros padres y los buenos momentos que pasaron juntos, hasta recordó a su madre y a la abuela de las sevillanas haciendo calceta en la piscina, y las paradas que hacían ambas bajando de misa en la Cuesta de las Mercedes para desayunarse unos churros. Fue un rato muy agradable.

Después nos fuimos en busca de Antonio que había llegado a su hotel, y así empezó una nueva gira por Córdoba. A continuación, algunas fotos.

Laly, Jose y Antonio
Calleja de los Arquillos

Jose, Antonio y Josele
Plazuela de Jerónimo Páez

Josele, Laly, Jose y Antonio
Caballerizas Reales

Laly, Antonio, Josele y Jose
Muralla de Córdoba

El picoteo final fue en la típica Bodega San Basilio... Boquerones, berenjenas rebozadas, bacalao rebozado, cochifrito...

Y después de la siesta llegó el momento de la cena oficial. Hubo cañitas previas en la Casa El Pisto y después la esperada cena en la Taberna Los Berengueles. Una cena súper agradable en la terraza del restaurante y en muy grata compañía. Como siempre ocurre en estas reuniones nos reímos un montón.

Jose, Antonio, Elisa, Josele
Julián, Juan, Laly y Ángel
Taberna Los Berengueles

Como veis, Elisa ha cambiado poco o nada, sigue con la misma cara, el mismo pelo... y la misma pareja, Julián, madrileño pero residiendo toda su vida en Córdoba. También acudió a la cena, Juan, el marido de Jose, y Laly nos presentó a su "novio", a Ángel no le gusta la palabra "pareja"... Un tío con un humor mordaz que te suelta las sornas tan serio que hace que te mondes de risa.

Juan, Jose, Laly, Elisa,
Josele y Antonio
Cristo de Los Faroles

Al final terminamos tomando unas copitas (ver la primera foto). En resumen, una velada para enmarcar.

Domingo 25 de octubre, la Sierra de Córdoba y sus Ermitas

Y llegó el domingo donde las cordobesas nos tenía preparado un paseo por la Sierra de Córdoba y sus Ermitas. En La Sierra de Córdoba existen un total de 14 Ermitas situadas casi todas ellas alrededor de la estatua del Sagrado Corazón de Jesús.

Jose, Josele, Antonio y Laly
Sagrado Corazón

Después del paseo vino la comida en el pueblo de Trassierra, en concreto en la Tabernita de Trassierra, lugar al que también acudió Juan. Terminada la comida nos dirigimos al Parador de Córdoba a tomarnos el café, café al que quiso invitarnos Juan, todo un detalle. Una jornada inmejorable, paseo por una paraje bonito, comida excelente y café en un entorno inmejorable.

Finalmente tocó despedirse, tomar las maletas y partir para casa, pero tanto Antonio como yo nos fuimos con la sonrisa en nuestro rostro. Una despedida agridulce pero con la esperanza de volvernos a vernos pronto.

Para terminar, quiero deciros que la siguiente quedada volveremos a hacerla en Torremolinos, pero mi intención es ir rotando entre Torremolinos y las diferentes ciudades donde residimos. Espero que os animéis a participar de forma masiva.