Personalmente, cuando acudo a alguna de las reuniones de Playamar 80 siempre me invade una sensación de estar volviendo al pasado, de estar de nuevo en aquella época en la que las preocupaciones casi no existían y en la que divertirse era siempre el primer objetivo de todos, una época en la que los amigos eran personas a las que no se podía defraudar bajo ningún concepto. Eso, en mi opinión, es lo bonito de estas reuniones y de todas aquellas “quedadas” que se llevan a cabo con los viejos amigos.
Por eso, aunque esta vez fuimos muy pocos, tan solo cinco (Nuria, Elisa, Susana, Ángel y yo, Josele), no por ello dejamos de disfrutar de una noche como aquellas de los 80, incluyendo copitas y musiquita. A todos los que no habéis acudido a ninguna reunión, desde aquí os animo a que vengáis a la siguiente, volveréis a vuestra casa con otro ánimo y con muchas ganas de volver al año siguiente (¿por qué sino y salvo contingencia mayor, repetimos año tras año los incondicionales?).
Este año fue en el Restaurante La Cigala, en la Carihuela, muy cerca de la Plaza del Remo. La cena con cañitas previas, dos botellas de vino y el café, nos salió por solo 16 euros por cabeza, así que más barato imposible…
Después nos fuimos al chiringuito del Playa Miguel Beach Club donde disfrutamos de unas copillas y de unas gogos que desafortunadamente me tocaron a la espalda (eso sí, el capullo de Ángel se puso tibio). La recogida como siempre fue muy tarde, a eso de la cuatro y media. Como éramos poquitos, la arriesgada conductora Elisa nos acercó a Playamar.
Este año diversas circunstancias han hecho que muchos de los que suelen asistir a la reunión no hayan podido venir (los 50 años de Sergio, el torneo de golf de Gafitas, el compromiso familiar de Tiech, las circunstancias familiares de Tarifiqui, la despedida de la amiga de Laly o el viaje a Brasil de Mario), pero espero que el año que viene no falten. También desearía que todos los que vinieron el primer año, así como los que no han podido venir en ninguna ocasión, hiciesen un esfuerzo para venir el año que viene… no cuesta tanto y lo que allí os encontraréis os hará sentir diferentes, cuando menos llenos de satisfacción y, por supuesto, con el espíritu rejuvenecido.
Para terminar, solo deciros que la V Reunión Playamar 80 fue otra de esas veladas que no se me olvidarán nunca; una velada en la que, como no podía ser menos, se recordaron los viejos tiempos, pero sin hacer mucho hincapié en los nuevos, ya que eso realmente no importaba demasiado.
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